El Yo narrador y la amistad







La psicología cultural de Jerome Bruner, nos ha propuesto un enfoque mucho más interpretativo del conocimiento, cuyo centro de interés es la construcción de significados. El concepto seleccionado para realizar dicha interpretación es el yo, concebido como una situación histórica-cultural, que debe considerarse como una construcción que precede del exterior al interior y de forma similar del interior al exterior, de la mente a la cultura y de la cultura a la mente. Por consiguiente, es importante reconocer el contenido y la sustancia de los yoes que se construyen en las relaciones permanentes de los seres humanos. Durante este escrito encontraremos una especial atención sobre el yo narrador elaborador de relatos sobre una vida que existe en la medida en que es narrado por alguien y que de esta forma se hace adquisidor de significados.
Para Bruner, el ser humano se construye en la medida en que nos relacionamos con otros, utilizando el lenguaje como mecanismo de narración, en una relación directa de significados y significantes. “Estamos siempre contando historias sobre nosotros mismos. Cuando contamos estas historias a los demás, puede decirse, a casi todos los efectos, que estamos realizando simples acciones narrativas. Sin embargo, al decir que también nos contamos las mismas historias a nosotros mismos, encerramos una historia dentro de otra. Esta es la historia de que hay un yo al que se le puede contar algo, un otro que actúa de audiencia y que es uno mismo o el yo de uno. Cuando las historias que contamos a los demás sobre nosotros mismos versan sobre esos otros yoes nuestros; es de este modo que de nuevo encerramos una historia dentro de otra. Desde este punto de vista el yo es un cuento. De un momento a otro y de una persona a otra este cuento varía en el grado en que resulta unificado, estable y aceptable como fiable y valido a observadores informados.” (Pág. 112)
Las personas con las que nos relacionamos también se presentan de esta misma manera, es decir de forma narrativa, de manera que constantemente nos encontramos contando historias sobre nosotros mismos que comunicamos a un interlocutor, el cual se convertirá en el locutor de una nueva narración hecho que se conoce como narración doble. Sin embargo encontramos que el yo narrador tiende a ser un yo distribuido debido a que el yo se encuentra desenvuelto en una red cultural constituida por otros y es allí donde comienza a significar para otros. “Por consiguiente, el yo no es una cosa estática o una sustancia, sino una configuración de acontecimientos personales en una unidad histórica, que incluye no solo lo que uno ha sido sino también previsiones de lo que uno va a ser”
Publicó: http://daca.wordpress.com/

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