De Microscopios eróticos, Antología

Desde el jardín
El pequeño jardín se expande en la oscuridad. Crecen los cuerpos verdes dilatados por la luz invisible de la lluvia. Crecen las floraciones pesadas como campanas y resonantes con el latido de los corazones de la tierra.
El hombre y la mujer respiran con un solo pulmón el aire húmedo y dormido. Alargan las manos como ramas, que buscan el ojo de la luna, entrelazan las piernas en la curvatura de la hiedra, entremezclan líquidos radiantes y olores que fosforecen. A la luz de su amor comienzan a verse los colores olvidados, y las flores y los frutos se reúnen con el rojo y el azul, el oro y el violeta. Cuando el rito del amor termina las corolas se pliegan y se guardan y los cuerpos humanos se amparan uno en el otro, cumplidos y cerrados en el abrazo del mundo.