La fábula




En las fábulas los actores siempre son animales, plantas, cosas que presentan características humanas como, "La liebre y la tortuga" del griego Esopo.

Estas historias concluyen con una enseñanza qie se denomina moraleja.
Se diferencian de los apólogos en que éstos son más generales y en ellos pueden intervenir además hombres y personajes tanto animados como inanimados. Pueden estar escritas en prosa o verso.
Las fábulas y los apólogos fueron tomados de la antigüedad grecorromana y utilizados por los esclavos y pedagogos para enseñar a los niños la conducta ética. La filosofía moral que aprendían de estos escritos era la del paganismo, cuya filosofía sostiene la idea de que es imposible cambiar la condición natural de las cosas, incluida la condición humana y el carácter de las personas; la filosofía cristiana sustituyó esta concepción del mundo por otra que presuponía en el hombre la posibilidad de cambiar su naturaleza. Algunos autores: Esopo y Babrio, griegos. Fedro , romano.
Circularon por Europa numerosas colecciones de fábulas pertenecientes a otra tradición autónoma, de origen indio (Hitopadesa, Pancatantra), difundidas a través de traducciones árabes o judaicas españolas o sicilianas, en la Edad Media. Muchas de ellas fueron a pasar a libros de ejemplos sobre los cuales se ecribían los sermones.

En el Renacimiento, el famoso Leonardo Da Vinci compuso un libro de fábulas. En el siglo XVIII comenzaron a escribirse fábulas; son famosas en esta época las fábulas de Lafontaine y Samaniego.
Posteriormente, en el siglo XIX, la fábula fue uno de los géneros más populares, pero empezaron a ampliarse sus temas y se realizaron colecciones especializadas.

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